3 may 2014

El sentimiento de sentirse vivo, la realidad que se complementa con la felicidad, el instante de consciencia que tomamos para tomarnos un párate y sonreír. Un gesto dibujado instantáneamente que brota desde adentro del ser que encandila a nuestros parámetros, el inconsciente que nos ayuda a improvisar y nos hace reír y divertir, llegamos a la cuenta de que vale la pena vivir para poder soñar porque soñar no nos cuesta tiempo, nos hace creer en que nada tiene que estar paralizado, todo tiene movimiento y todo es independiente. Nosotros somos los dueños mismos de nosotros, si nosotros nos movemos es porque así elegimos el camino, cada cual al lado de lo otro esperando al eterno que viene después de la muerte. Tenemos oportunidades y hay que saber como aprovecharlas, esto no es un ida y vuelta en subí baja que podes volver a creerte un niño cuantas veces quieras, esto se disfruta, se sonríe, se construye, la felicidad se vive.